Citas y homenajes

“....sólo un auténtico y original artista puede recibir y transmitir el mensaje de otro artista auténtico y original. Por lo tanto, no es la sociedad, a través de sus medios de información y comunicación, sino el artista el único que puede garantizar la presencia del arte en las condiciones actuales de la cultura: y no la garantiza ni aislando la historicidad del arte del pasado, como ya inactual, ni declarando actual, una vez más, lo que, desde un punto de vista histórico, ha sucedido ya, sino sustituyendo la historicidad perdida por la historia presente.” (24)

En la introducción del Pasado en el presente, Argan se refiere al “d’après” de Picasso con Las Meninas de Velásquez. En el caso de Lavallén, la cita de obras y maestros además de ocupar un lugar importante en su producción señalan un camino de lecturas e intereses compartidos con quienes alimentaron y configuraron su propio universo.

HOMENAJE A A.G. (1992)
óleo sobre tela 130x81cm

Toda cita implica un reconocimiento y valoración. Todos somos deudores de las lecturas que nos van conformando. En el mundo del arte, los 80 se caracterizaron por una relectura del pasado, el retorno a la “pintura-pintura”, como también por recurrir a cierto primitivismo desprejuiciado o “mala pintura”. La manera de abordar el pasado en Lavallén es apropiándose de aquellos valores plásticos y conceptuales de la historia del arte al que lo unen una afinidad espiritual.

A MATHIAS GRÜNEWALD (1993)
óleo sobre tela y tabla 84x43cm

En Homenaje a Leonardo (1992) reúne en una tabla estudios anatómicos del cuerpo humano; piernas y brazos tomados de Da Vinci, recordando el carácter humanista de uno de los grandes hombres del Renacimiento y que hizo de los estudios anatómicos obras de arte por su cuidado y calidad estética (25) . En la obra Cuerpo (1993) Lavallén compone sobre un plano oscuro el análisis de diferentes partes de un cuerpo masculino en clara alusión a las anatomías leonardescas.

PIERNAS (HOMENAJE A LEONARDO) 1992
óleo sobre tela 146x97cm


CUERPO (1993)
grafito sobre seis paneles 90x90cm


CUERPO (1993)
óleo sobre tela y tabla 142x124cm

A Leonardo, también de 1992, es una cita de las cabezas y rostros que el maestro tomaba a manera de apuntes de personajes de la calle y que luego utilizaba para componer obras religiosas como La Adoración de los Magos del Uffizi. Inspirado en personajes comunes, Leonardo salía a tomar apuntes por la ciudad donde los gestos, las miradas y la extrañeza de pordioseros o locos le permitían acercarse más profundamente al género humano, práctica que retoma Julio Lavallén quinientos años más tarde.

A LEONARDO (1992)
óleo sobre tela 116x81cm


En Lautrec (1993) Lavallén enfrenta al pintor y su modelo dentro de una estructura particular de obra compuesta por cinco tablas. Separados por el caballete en blanco, el perfil de Lautrec establece un contrapunto con el desnudo femenino.

LAUTREC (1993)
óleo sobre cinco telas 140x146cm
Le impacta la gran tela de Théodore Géricault La Balsa de la Medusa (1818-19), entonces emprende, a partir del joven muerto en primer plano, su propio análisis formal que presenta a modo de estudios de cuerpos en escorzo. Compone una serie donde el desnudo masculino es analizado en diferentes ángulos y posiciones. Aísla la figura sobre fondos neutros de blancos o negros puros, exaltando la excepcional calidad anatómica del cuerpo masculino que lograra Géricault trabajando con fragmentos de cadáveres reales, como también la expresividad escultórica plasmada en la tela. De esta manera evidencia los valores formales sobre la anécdota y la temática de una obra basada en un hecho real.

MONET (1994)
óleo sobre tela 114x46cm

EL NAUFRAFIO DE LA MEDUSA (1995)
técnica mixta sobre tabla 190x366cm

SIN PAN Y SIN TRABAJO (1995)
óleo sobre tela y tabla 161x191cm
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24 Argan, Giulio Carlo: El pasado en el presente. El revival en las artes plásticas, la arquitectura y el cine, Barcelona, Editorial Gustavo Gili S.A., 1977.

25 “A los treinta años de edad, al comienzo de su estadía en Milán, Leonardo da Vinci comenzó a registrar en apuntes sus actividades prácticas y científicas guardando celosamente todas estas notas que a su muerte fueron reunidas por la biblioteca Ambrosiana en lo que se llamó Códice Atlántico; otra parte de esta documentación se encuentra en el Museo Británico conocida con el nombre de colección de Windsor. Además del estudio de ciertos mecanismos y del funcionamiento técnico de poleas y aparatos de guerra, Leonardo se preguntaba el porqué, aquí aparece el verdadero carácter científico-humanista del maestro italiano.”
Clark, Kenneth: Leonardo da Vinci, Madrid, Ed. Alianza Forma, 1995.

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