A partir del año 2003 comienza a experimentar un nuevo soporte: tablas o tablones rústicos de madera ensamblados y de bordes irregulares.
Luego tomará directamente fragmentos de muebles, como marcos de puertas de antiguos roperos sobre los que apoyaban espejos o respaldos de camas también de madera.
Esta original base aporta su personalidad a la obra y “soporta” con fuerza masculina la figura etérea y casi evanescente del desnudo. La figura femenina se eleva a símbolo sin perder su naturaleza física ni su cualidad sexual.
--> MODIGLIANI (2003)
óleo sobre tablas 108x60cm
Las posiciones acrobáticas en que es registrada la modelo, exaltan toda la expresividad que el cuerpo ofrece y se destaca sobre fondos con tramas de colores planos.
La acrobacia y sensualidad del cuerpo contrastan con la masculina aspereza de la madera apenas lijada, con la irregular y torpe estructura de los listones. La dialéctica, figura-fondo, belleza-rusticidad establecen una inédita síntesis formal.
Luego el contrapunto es aplicado al mismo soporte. Sobre las rústicas tablas de madera imprime unas manos de pintura y sobre ellas, a manera de sellos, signos que van formando una trama. Incorpora signos, claves arcanas, arquetipos que contienen secretos sentidos.
El hombre recurrió a las imágenes, a los signos para referirse a fenómenos u objetos que nunca son del todo descifrables, como lo es el sentido último de la vida.
Los nombres de las obras reafirman la proyección de la figura femenina, de la mujer como imaginario: Armadura del deseo, Modigliani, Signo, Rincón secreto, Valle encantado, Primavera, Naranja verde, Marfil, La nube, todas pertenecientes al 2003.
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