julio lavallén

Imágenes-signos

G. Goethe decía que “en el símbolo lo particular representa lo general, no como un sueño ni como una sombra, sino como viva y momentánea revelación de lo inescrutable”.

Las imágenes simbólicas condensan verdades trascendentes del orden cósmico y también de orden subjetivo y personal.

Durante estos últimos años, 2006/2007/2008, Lavallén continúa indagando en el desnudo femenino y utilizando el soporte de madera entablada, para llegar a una inédita versión del género.

Se trata de una síntesis del cuerpo femenino que expresa la esencialidad de su fundamento como género sexual. El cuerpo de la mujer está simbolizado en el fragmento del torso donde se encuentran sus órganos sexuales: vagina y pechos, que a partir de una representación en tamaño casi monumental y primer plano produce una distorsión que lo convierte en una imagen-signo.

A (2006)
técnica mixta sobre madera 130x90cm

A (2006)
técnica mixta sobre madera 90x130cm

El artista secciona el cuerpo centrándose en el torso, donde tiene lugar el origen de la vida. Esta nueva serie de desnudos se caracteriza por el abandono de formas de representación miméticas ya que no utiliza color carnación y sí plateados o tonalidades contrastantes. Con ello logra una inédita y radical síntesis, al tiempo que remite a la relación del cuerpo femenino con la divinidad, motivo principal de culto en diferentes religiones y civilizaciones. El culto a la fecundidad, a la tierra, la Pachamama entre los pueblos del Perú, Bolivia y el noroeste de la Argentina. Sondea una nueva iconología del desnudo femenino, en la que el fragmento potencia la fuerza sexual, su identidad genérica y le eleva a una dimensión simbólica.

GRAN CUERPO (2006)
técnica mixta sobre madera 130x185cm

SIGNO (2006)
técnica mixta sobre madera 127x162cm

Las preguntas existenciales que antes y actualmente lo ocupan sólo pueden tener una respuesta en la densidad polisémica del símbolo. La fuerza del mismo no está fuera del mundo, sino anclado en el cuerpo, en su esencialidad orgánica y sexual.

La realización de esta serie implica un largo proceso de elaboración. El primer paso son los bocetos sobre papel de gran tamaño, en los cuales el dibujo, de rápidos trazos, muy sintético, capta la esencialidad de las curvas y de los órganos en las posturas acrobáticas y danzantes en que coloca a la modelo. Luego realiza una selección y agrupación de los mismos según un patrón formal.

DESNUDO (2006)
técnica mixta sobre madera 180x130cm

TORSO CLÁSICO (2007)
técnica mixta sobre madera 130x180cm

La segunda etapa tiene un carácter más técnico: los bocetos de papel son montados sobre madera con colas adhesivas y una vez secos, son sometidos a raspaduras y lijados para lograr un efecto similar al que el tiempo imprime en los frescos de las viejas iglesias, desdibujando las formas. Luego, la superficie es cubierta con diferentes capas y tipos de barnices cuya función es hacer visible los grados de transparencia que van marcando distintas huellas de pintura.

Por último refuerza algunas zonas con el pincel y en otras aplica la técnica del dripping.

DESNUDO (2007)
técnica mixta sobre madera 130x180cm

Cifrar el cuerpo de la mujer, potenciando su cualidad fecunda, su esencialidad genital de cuerpo-matriz es el desafío de esta serie de más de trescientos trabajos que inauguran una nueva visión de la modelo ante el pintor.

Una belleza que se aleja de la sensualidad superficial de las formas femeninas para enfrentarnos al sexo en primerísimo plano.

Lavallén realiza una abstracción que en lugar de licuar el instinto lo potencia. Los torsos escorzados son marcados por la rojiza carne de los pezones y las vaginas como rosas encarnadas. Un rojo carmesí pende de un casi inidentificable torso monumental de mujer.

DESNUDO (2007)
técnica mixta sobre madera 130x185cm

DESNUDO (2007)
técnica mixta sobre madera 130x160cm

Paralelamente a las pinturas, realiza una serie de dibujos con carbón que recortan igualmente el cuerpo de la mujer centrándolo en el torso y que elongan el canon a partir de una línea sensual y manierista que se diría heredera de los desnudos eróticos de Egon Schiele.

Para Lavallén lo sagrado y lo profano, el símbolo y el mundo material son dos caras de una misma moneda. Los hombres crearon los símbolos para responder a preguntas que no tienen una verdadera respuesta.