Carta Pública
Como mis amigos, crecí en una casa de provincia donde no había libros de arte, pero en el año 1971, encontré en una revista algunas pinturas del gran holandés Vincent Van Gogh. Tiempo después (en la única librería de la ciudad) descubrí y pude comprar un pequeño librito dedicado a él que me permitió conocerlo mejor.
Así empecé a pintar. Ese hombre fue mi referencia en el arte y en mi conducta como pintor.
Treinta años después, hoy, tuve la necesidad de revisar parte de aquella historia mía. Así que fui a Concordia e instalé un taller provisorio en mi dormitorio de niño.
Allí volví a recorrer sus obras, aunque ahora en dos grosos libracos que reúnen detallada y completamente su breve década de pintor genial.
Fueron unos días emocionantes.
Un enero caluroso sobre el río Uruguay, muchos CD’s y cerveza.
Fue un diálogo, una discusión, un juego de muchas horas y horas y días, mirándolo en sus libros, imponiéndome sus ideas y discutiéndole colores. Torciéndole la mano y a los empujones, nos divertimos.
Hubo un verano en que nuestras horas coincidieron y conocí mejor a ese antiguo señor de cara amarga pero tan alegre, tan emocionado cuando pinta.
Fue como un inolvidable amor adolescente, breve y a muerte.
Finalmente se quedó ahí en su gloria y yo partí a Puerto Yeruá para celebrar el décimo cumpleaños de mi hija mayor.
Estas pinturas, que llamo COVERS, son testimonios del encuentro, de la misteriosa y privilegiada cita que he narrado.
Julio Lavallén, agosto de 2005, Buenos Aires.
Los covers de Van Gogh nacen como una pulseada, después de treinta años de trabajo plástico, con uno de los más grandes maestros de la pintura moderna.
Van Gogh no es un artista más, a su peso extraordinario en la historia del arte se suma lo que significó en la vida de Lavallén: “un inolvidable amor adolescente, breve y a muerte”.
El cover, que aparece como género musical ligado al rock, es una “interpretación” y, como tal, resulta una nueva versión que actualiza un pasado.
Por lo general, nos enamoramos de aquello que queremos ser y en la adolescencia la presencia de “modelos” es fundamental para la conformación de la personalidad.
PUENTE (2005)
óleo sobre madera 108x114cm
RAMAS DE ALMENDRO EN FLOR (2005)
óleo sobre madera 120x115cm
óleo sobre madera 108x114cm
RAMAS DE ALMENDRO EN FLOR (2005)
óleo sobre madera 120x115cm
Finalmente somos aquello que deseamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario